La columna publicada:
Los gringos algo hacen bien: El respeto por las minorías. ‘Asociación de alumnos vietnamitas’, ‘Inválidos Unidos”, ‘Diálogo Judío Musulmán’ y ‘Grupo de remo’ son algunos de los 480 grupos existentes. Entre tanta minoría distinta, obvio que me tocó: mi roommate es gay. En las primeras dos semanas ni siquiera lo noté y en realidad nunca me ha molestado mientras no sean amanerados (locas). Apenas tuve dudas serias, le pregunté si tenía polola (R: mmmm, no), si había tenido polola (R: puta… no), “Are you gay?” (R: puta… sí). Después que me dijo, armé el puzzle con que todos los amigos que me había presentado eran bastante suaves y tiene un bob esponja pegado en la pared. Con una espontánea curiosidad infantil lo interrogué con una lista de dudas innecesarias: “¿Cómo le contaste a tus papás?”, “¿Agarrai con mujeres de repente?”, “¿Siempre supiste que jugabai pal otro equipo?”… puta, su papá se puso a llorar en una historia tristísima, agarra con amigas cuando está curado y al parecer nunca tuvo dudas sobre su sexualidad. Ya que duerme a 4 metros míos, dejamos claro que si estaba en la pieza con algún tipo de pinche, favor dejara algo en la puerta con tal de evitar mi entrada y espanto. Saber que es gay es una cosa, verlo en acción es otra. Mi última inquisición: “Si llego a interesarte en lo más mínimo, dime y me cambio de pieza”, fin del tema.
Para la tranquilidad de Rosso: Aparte de darme la pala, tomé un excelente curso de emprendimiento =).
Halloween: una fiesta para niños? mmmm, no. Desorden, desastre y descontrol. Masas de mujeres vestidas con escasos centímetros cuadrados de tela y con abundantes cantidades de alcohol en la sangre. Pacos a caballo y focos gigantes para que la noche parezca día, con tal de evitar las violaciones que, estadísticamente, inevitablemente sucederán (¡!) . La consigna es “por muy acabado que estés, sigue caminando o te llevan en cana”, por lo que el resultado es una tropa de jóvenes curados y casi desnudos, pero caminando. Para mí la fiesta empezó en la tienda de disfraces, donde la gringa promedio se compra 2 ó 3, uno para cada día. Cada instante salía una del probador y decía ‘¿Cómo me queda el de caperucita sexy?’. Los italianos y yo babeamos como dos horas escogiendo disfraz, daban ganas de preguntarles a qué fiestas iban a ir.
((Fotos, videos y precisiones de Halloween en un post anterior de este blog)).
pd, sigue sorprendiéndome demasiado lo que busca la gente en google y termina en mi blog. "secretaria sexy", "imágenes niños disfrazados moda hippie", "cómo pedir un condón", "maneras de hacer la sonrisa del payaso" y "apuestas internet" son algunas. Por qué alguien que busca secretarias sexy hace clic en "Ejercicio absolutamente egocéntrico".... no sé, en serio.