Sunday, January 22, 2017

Arreglando el mundo por Facebook

Hay un gran grupo de preguntas difíciles que para varios parecen tener respuestas intuitivas. ¿Cómo resolvermos la desigualdad? ¿Qué le cambiarías a las AFPs? Estos problemas los resuelven semana tras semana una multitud de twitteros, amigos en reuniones o familias en su almuerzo dominical. Proponer soluciones y debatir no tiene nada de malo, siempre y cuando reconozcamos las limitaciones de estos análisis de pasillo. El daño sucede cuando se transforman en publicaciones en redes sociales que son compartidas por cientos que las leyeron en diagonal desde el celular. No, en tres líneas de Facebook o Twitter no cabe la solución a la educación chilena.


¿Eso implica que no podemos opinar de nada? No. Varias de estas encrucijadas incluye tener una postura valórica. No me refiero a si valoramos o no la desigualdad, justicia, crecimiento, felicidad u otro concepto, sería difícil estar en contra. Me refiero a valores relativos. Si entran en conflicto, hasta qué punto soporto desigualdad para mejorar la condición del promedio? ¿Cuánto importa la privacidad de mis datos si el estado mejora la seguridad de los cuidadanos? ¿Hasta qué punto el estado puede prohibir drogas, fumar en lugar públicos o dejar de votar en elecciones? Esas discusiones no tienen nada que ver con la técnica, sino que son prioridades personales de cada uno. Las discusiones del "cómo" son más peligrosas y deberíamos darle cabida a personas que dedican su vida a estudiarlas. Las soluciones intuitivas muchas veces llevan a desastres, y lamentablemente por simples son fáciles de comunicar y entusiasmar a la gente con ellas. Ejemplos hay varios en ambos lados del espectro político, desde hacer más cárceles y comisarías como solución principal a la delincuencia hasta dar educación gratis a los 18 años para nivelar oportunidades.


¿Qué hacer la próxima vez que se tope con algún iluminado? Primero prenda sus alertas si le presentan una solución rápida y evidente a algo que debería ser más complicado. Segundo, clarifique silenciosamente si la discusión va por los valores/preferencias o es de estas recetas para solucionarlo. Tercero (si el iluminado merece su tiempo y estima), pregúntele cómo llegó a esa conclusión, qué datos tiene y sino consideró que fuera justo lo contrario de su postulado. Por último, si en realidad le interesa el tema en vez de buscar en Google busque en Google Scholar publicaciones del tema e intente contactar a alguien que se dedique profesionalmente a eso. Lo central es que no comparta esas soluciones en su Facebook ni vote por un candidato que las apoya.