Wednesday, February 17, 2016

El típico amigo ateo sabelotodo

Seguramente también tienes un amigo que con una seguridad invencible opina en discusiones de temas religiosos, espirituales o existenciales. Ese amigo que tiene la respuesta fácil para cualquier pregunta del universo o del ser humano. Las respuestas tajantes son del estilo “obvio que fue por el big-bang” y algunas mezclan términos más sofisticados como “es que las supercuerdas pueden ser fuerza o materia ”. No hay nada menos científico que borrar todo espacio para la duda. La verdad de las cosas es que no tenemos idea cómo sería posible que se cree materia de la nada, o qué es el tiempo (de hecho es difícil imaginar algo fuera del tiempo).


El amigo religioso también se equivoca cuando quiere argumentar sus creencias como algo razonable. No vienen de la razón. No es difícil cuestionar cualquier religión universal con dudas como “¿Por qué Dios sólo muestra la religión a algunas personas y a otras en otros continentes las condena sin que tengan ninguna chance?” o “¿Por qué Dios no mostró su religión durante 3.000 años de imperio Egipcio?”. Hasta hace pocos siglos todas las explicaciones eran religiosas. El ser humano mejoró mucho sus condiciones de vida cuando en vez de explicar todo por superstición pasó al método científico. No es sorpresa que ningún experimento repetible logró demostrar que Dios curaba alguna enfermedad, pero sí los antibióticos o las vacunas. Por otro lado si lees en el diario que un monjee vive sin comer y levita aseguras que es un fraude, pero si un libro escrito hace 2000 años dice que alguien caminaba sobre el agua y curaba leprosos es mucho más probable.


Entonces, por un lado la ciencia va a seguir dejando preguntas abiertas, por otro las religiones son creencias culturales que nos tuvieron a oscuras miles de años. Me parece justo entender los límites del conocimiento humano, ser más humilde y aceptar que cada uno puede creer lo que quiera. Los amigos deberían dejar de intentar convencer sobre su visión de mundo, o pasarán rápidamente a la categoría de no-tan-amigos.